
Muchos pacientes llegan a consulta con problemas en relación a la ansiedad. De seguro hemos escuchado la palabra ansiedad en nuestras vidas asociada al ámbito de la salud emocional y mental. Desde la psicología, Se habla de una respuesta adaptativa a situaciones que vemos como amenazas: antes de tomar una decisión, o antes de entregar un trabajo o realizar un examen. Es considerada normal e incluso beneficiosa en algunos casos para enfrentar situaciones.
Cuando esta sensación no desaparece y se dispara, es donde comienzan los trastornos de ansiedad y todo lo que ello conlleva. Los síntomas nos asustan, pensamos que pueden durar para toda la vida, nos desconectamos de nuestras tareas diarias, tenemos excesos de pensamientos, aparece muchas veces la angustia, el miedo excesivo, incluso pánico, fobias, sensación de descontrol y vivimos un verdadero calvario.
La resiliencia es fundamental para continuar a pesar de todo lo que nos está pasando.
Desde el punto de vista energético, la ansiedad es una verdadera bola de nieve que se incrusta en nuestro cuerpo energético y que acumula emociones y pensamientos negativos: culpa, estrés, angustia, miedo a perder el control, a la muerte, energía de trauma. Todo esto sostiene este estado de alerta, miedo y tensión.
Uno de los factores principales es la copia que hemos hecho de nuestro entorno. Fíjate en tus padres, tu círculo cercano, grupo de amigos, compañeros de trabajo. Has normalizado conductas y las has hecho propias, creyendo que es “lo común” vivir la vida desde ahí.
La buena noticia es que existe una solución y que está más cerca de lo que creemos. A través de sanación Pránica, podemos limpiar esta energía y todo lo que hay detrás, lo que produce muchas veces cambios instantáneos en nuestras emociones, pensamientos y corporalidad.
También, es importante comenzar a identificarte con lo que realmente eres y no con lo que te dijeron que eras. Vivir la vida desde las virtudes presentes en tu alma, entendiendo lo que ello significa. Es cambiar las dinámicas de vida y creencias que te llevaron hacia allá: Ser el mejor en el colegio, en la universidad, miedo a mostrarte como eras, a tu vulnerabilidad, el no sanar una situación y fracasar.
La invitación entonces es a que te des una pausa, que te permitas ser y comiences a vivir la vida que realmente anhelas.